3 de septiembre de 2014

Black Ice Book Trailer, Becca Fitzpatrick.

 La autora cambia totalmente la trama de sus últimos libros, y nos invita a sumergirnos en el mundo de la investigación policíaca y el bajo mundo.

Tenia mis dudas con referente a este libro. Pero este fantástico trailer me convenció. Chekalo, te gustaría leer este libro?

11 de julio de 2014

Hush Hush Movie News- Nuevas Noticias Sobre la Pelicula.

Las nuevas vienen de la misma Becca, debido a las insistentes preguntas acerca de la película, publico este post en su blog esta semana.

"Hi guys,

I want to take a moment to thank each of you for your amazing support for the Hush, Hush movie. Your love and passion for this project are humbling! With that said, I have some movie news to share. Unfortunately it may not be the news you've been waiting to hear. I have decided that now is not the right time to move forward with the Hush, Hush movie and have not renewed the movie option with LD Entertainment. I know many of you will be disappointed by this. But I hope that you trust me to make the right decision for Nora and Patch. I'm not saying the movie will never happen, but it won’t be moving forward at this time.

Thanks again,

Becca"

Hola chicos, 

Quiero tomar un momento para agradecer a cada uno de ustedes por su increíble apoyo a la, película Hush Hush. Su amor y pasión por este proyecto son increibles! Con eso dicho, tengo algunas noticias de cine para compartir. Por desgracia, no puede ser la noticia que has estado esperando escuchar. He decidido que ahora no es el momento adecuado para avanzar con Hush Hush la película, y no he renovado la opción de hacer la película con LD Entretenimiento. Sé que muchos de ustedes se sentirán decepcionados por esto. Pero espero que ustedes confíen en mí para tomar la decisión correcta para Nora y Patch. No estoy diciendo que la película nunca va a suceder, pero no voy a seguir adelante en este momento. 

Gracias de nuevo, 
Becca

Así que chicos, no película por ahora. 

23 de junio de 2014

Angel- Epilogo, Fanfic de Hush Hush

Nora POV



Londres era hermoso. A pesar de que llovía casi todo el tiempo, habían muchos lugares los que visitar. A nuestra llegada, Jev tenia mil cosas que hacer en la oficina, yo pasaba la mayor parte del tiempo con su madre en su enorme casa. 

La madre de Jev era una señora muy agradable. Ya podía ver de donde él había sacado la mayoría de sus gestos y formas. Clarie, que era el nombre de la señora, se pasaba contándome historias sobre la niñez de Jev y de su padre. 

El tiempo que no lo pasaba con ella, paseaba por la gran casa, veía viejos álbumes de fotos y en días buenos, usaba la hermosa piscina del patio.

Jev siempre llegaba después de las seis. Algunas veces nos sentábamos a cenar con su madre en el comedor, y otras tantas salíamos a visitar distintos restaurantes por toda la ciudad. Regresábamos tarde de la noche, exhaustos. Pero eso no cohibía a Jev, todas las noches me hacia el amor como si fuera la primera. 

No recordaba haber sentido de esa forma antes. Había hecho el amor con Rixon muchas veces, pero nada como esto. Jev se deleitaba en mi y yo en el. Cuando estábamos juntos podía sentirlo en cada parte de mi cuerpo, y era increíble! Y lo hacíamos una y otra vez hasta no poder mas.

Hoy era un día especial, Jev había prometido que regresaría temprano y que me llevaría a un hermoso lugar a cenar. Yo dudaba que hubiera un lugar aun mejor que los que habíamos visitado, pero el decía que era posible.

Me levante después que se fue y me fui al baño, hoy todo tenia que ser perfecto. Dos horas después bajaba por las escaleras lista para tomar mi desayuno.

-Hola querida.- la madre de Jev salia de una habitación contigua y me saludaba con una amplia sonrisa.

-Buenos días Claire. Como se encuentra hoy?

- Oh bien querida. Jev se fue temprano.... vas a desayunar?

-Si, me dirigía al comedor, me acompaña?

-Claro, vamos.

Cominos en silencio. Clarie era muy amable, pero tenia un temperamento de hierro. Todo debía hacerse de la mejor forma y con la alta educación. Jev decía que lamentaba tener que dejarme con ella todos los días, pero yo le consolaba diciendo que si el había sido criado por ella, no seria tan difícil de llevar.

Jev llego a las cuatro y fue a darse un baño mientras yo terminaba de arreglarme. Llevaba un vestido rojo ajustado que me llegaba un poco mas abajo de las rodillas. Mi cabello suelto en risos caía sobre mi espalda, y mis zapatos de tacón completaban mi vestimenta.

-Estas hermosa. - Jev bajaba por las escaleras, vestido con un impecable traje gris hecho a la medida. Tomo mi mano y deposito un beso en ella.

-Gracias. Tu tampoco estas nada mal. -le guiñe un ojo mientras enlazaba su brazo con el mio.

Caminamos por las escaleras de enfrente hasta el auto de Jev tomados de las manos. Condujo por una hora antes de detenerse, y midiendo la velocidad a la que iba, podría jurar que había salido de la cuidad, o del país.

Nos detuvimos en un antiguo edificio con luces, parecía un castillo, todo en el resplandecía con elegancia. 

Un waiter nos dio la bienvenida para dirigirnos a nuestra mesa. Caminamos pasando las mesas ocupadas por todo tipo de personas y subimos al ascensor. El castillo había sido remodelado y adaptado al siglo XXI. Nos detuvimos en la azotea, desde ahí se podía ver toda la cuidad. Habían solo unas pocas mesas, bajo gacebos iluminados y decorados con rosas. Cuatro cortinas blancas descendían desde la sima hasta cada una de las cuatro columnas. Era como una pequeña isla dentro de la cuidad. Casi todos los lugares estaban ocupados por parejas, solo uno, mas al fondo con la mejor vista estaba desocupado. Nos sentamos frente a frente mientras yo me dejaba absorber por la belleza del lugar.

-Esto es hermoso Jev.

-Lo se. Pero creo que no debí traerte, opacas el lugar. Las rosas deben estar celosas de ti.

-Gracias amor. -Tome su mano sobre la mesa y mire sus ojos negros como la noche. Estaban algo inquietos.

Ordenamos lo que íbamos a cenar. Cominos entre risas y halagos por parte de Jev. Al terminar ordeno una champaña, tómanos nuestras copas y fuimos hasta el balcón. La vista era increíble.

-Debió ser genial haber nacido aquí.

-Lo fue. Una cuidad tan antigua guarda muchos secretos.

-Imagino que si. Y eso la hace mas emocionante.

Me miro por un segundo pensativo. No podía leer la expresión es sus ojos. 

-Sabes algo Nora? Viví durante muchos años en esta cuidad, conocí a casi todas las personas que conozco en estas calles y establecimientos. Pensé que este era mi lugar, que aquí pertenecía, pero tuve que irme lejos para darme cuenta de que no. Que mi lugar no estaba aquí donde había nacido, sino que estaba junto a una hermosa mujer que conocería en Nueva York. 

-Jev....

-Te amo Nora. Y no recuerdo haberme sentido así antes. Es por eso que necesito que tomes esto, y hagas que nunca termine. 

Me mostraba una hermosa argolla de compromiso plateada con una pequeño diamante de cuatro cortes, la cual reposaba en una pequeña caja de cristal. Jev me pedía matrimonio! Tiempo atrás,  cuando contemplaba la idea de casarme con Rixon, siempre mantuve mis dudas. Nunca estuve cien por ciento segura de querer casarme con el. Pero con Jev todo era diferente. Quería y lo haría.

Extendí mi mano para que me pusiera la argolla. Y así, con un largo beso, sellamos nuestro inicio. Por lo que esto, no es un Fin...

Escrito por Magen XoXo, 
en colaboración para Love To Hush Hush,
Todos los derechos reservados. 


11 de junio de 2014

Angel Cap. Final, Fanfic de Hush Hush

Nora POV


Jev tomó mi mano y me dirigió a la sala. Se sentó en el gran sofá negro y me sentó frente a el.

-Come.- señalo un sandwish y un jugo de naranja. Todo en él irradiaba frustración, así que no discutí y comí lo que me ofrecía. Ya mas tranquila mi apetito había vuelto.

Comí en silencio mientras Jev observaba cada uno de mis movimientos. Cuando terminé, llevo todo a la cocina y lo dejo en la encimera. Regresó con pasos cansados y tomo su lugar anterior.

-Ahora puedes decirme que demonios esta pasando?

Tomé aire y exhalé muy lentamente.

-De acuerdo. 

Empecé contándole lo que sucedió la mañana siguiente al ultimo día que nos vimos,los planes que Rixon formuló y termine diciéndole como había llegado hasta su puerta esta noche. 

Durante todo el relato, Jev no dijo nada. Solo se limito a mirarme y apretar los dientes. Sus ojos ardían por la ira y empece a pensar que iba a sufrir un ataque o algo.

Segundos pasaron antes de que reaccionara. Pensé que se pararía y empezaría a decir maldiciones, pero no lo hizo. Con un movimiento rápido, típico de él, me atrajo hacia sí.

Sentí sus labios en mi boca y sus manos mi cabello. Me apretaba contra él con una necesidad contenida que hizo que lo mas intimo de mi ser se humedeciera.

Ya no podía soportarlo mas. Después de pensar que nunca lo volvería a ver, ahora lo tenia aquí conmigo, y no iba a dejarlo ir. 

Me puse a horcadas encima de él. La bata que llevaba se abrió dejando mis piernas desnudas a cada lado de el. Sentí una de sus manos en mis muslos y la otra quitaba el nudo de mi bata. En un segundo, tenia puesta la bata y al otro, estaba completamente desnuda encima de el. 

Tiré de su camiseta sobre su cabeza y mis manos exploraban su cuerpo. Las suyas estaban sobre mis senos, y luego por todas partes. Gemía de placer al sentir sus manos sobre mi, sus firmes dedos tocaron mi intimidad y apretaron mi trasero. Sentía que iba a enloquecer de tanto placer.

Tome su boca con mis labios, quería mas de esto, lo necesitaba... 

Fuertes golpes sonaron en la puerta. Los dos nos quedamos paralizados. Eran los hombres de Rixon, nos habían encontrado. Cuantos serian? Podría Jev con ellos? No lo sabia, pero el pánico no me dejaba pensar con claridad.

Rápidamente Jev se puso de pie llevándome con el, me dirigió a su habitación. Me entrego una camiseta y unos pantalones deportivos. Su ropa me quedaría un poco ancha, pero serviría.

Mientras me cambiaba el fue hasta su maleta, saco una chaqueta negra, puso un pequeño sobre en uno de sus bolsillos y por ultimo, saco un arma!

-Hey! Que harás con eso?

-Tranquila Nora. Esos tipos estarán armados, es solo por si el dialogo no es una opción.

Fuimos hasta la sala, solo habíamos tardado unos cinco minutos, y los golpes habían cesado en la puerta. Pero ambos sabíamos que estarían afuera. 

-Como saldremos de aquí?- Le pregunte a Jev ansiosa.

-Tengo una idea. Vamos.

Me llevo al baño, hasta el deposito de ropa sucia.

-Esperas que baje por ahí?

-Tienes una mejor idea? - la verdad no, así que me prepare para deslizarme por el estrecho túnel.

Quince minutos después corríamos a toda velocidad en el auto de Jev. Nadie nos seguía, pero no podíamos pasarnos la vida huyendo.

-Ahora donde? - pregunte mirando por la ventanilla.

-Tienes algún lugar donde pasar la noche? - si, lo tenia.

-Dobla en la siguiente, y toma la Madison.

Las luces de la casa de Vee estaban apagadas. La llame del celular de Jev y le explique mas o menos la situación, no quería alarmarla. 

Entramos y Vee salto encima de mi.

-Oh nena! Estas bien! Estas bien? Cierto? Porque no te ves muy bien.

-Lo estoy, todo esta bien ahora.

-Oh cariño estaba tan asustada por ti. No llamaste mas y cuando le llamaba a Rixon me colgaba inmediatamente. Voy a preparar café, tienes que contarme todo.

Fue hasta la cocina dejándonos a Jev y mi solos en la sala. Me acerque a el y me abrazo,  deposito un beso en mi frente.

-Que haremos ahora? No podemos quedarnos aquí para siempre.

-No lo haremos. Mañana iré a hablar con Rixon, se que estará en su oficina.

-Que! No! no puedes ir allá! Estará plagado de sus hombres...

-Apostaría a que no. El quiere encontrarnos. No esperará que vayamos a buscarlo.

Jev tenia razón. Rixon no se esperaría que nos presentáramos en su oficina. Y ya estaba cansada de esto. Rixon no podía monopolizar mi vida, y yo no podía seguir permitiendolo. Grey Textiles era mi empresa, el patrimonio de mis padres. Rixon era nada sin mi. Amaba a Jev y quería estar a su lado para siempre, y Rixon tenia que salir de mi vida.

Vee regreso con café y hablamos hasta que me quede dormida en los brazos de Jev.

***

Mi reloj marcaba las nueve de la mañana cuando cruzamos por las puertas de Grey Textiles. Vee me había prestado algo de ropa, y peinado mi cabello.

Todos los empleados me saludaron con afecto y sincera preocupación. Rixon les había dicho que enferme, y a eso se debía mi ausencia. Jev me seguía de cerca y no soltaba mi mano. 

Para cuando llegamos al ascensor todo mi seguridad se había ido. Sentía miedo de enfrentarme a Rixon. Sabia que no estaba sola en esto, Jev estaría a mi lado para apoyarme, pero esto iba mas allá de mi.

Jev noto mi repentino cambio de humor y me atrajo hacia sí. Me dio un suave beso en los labios y ese simple gesto calentó todo mi cuerpo. 

Las puertas se abrieron en el pasillo que daba a la oficina principal, respire profundo y tome la mano de Jev mas fuerte.

-Vamos.- dije un poco temerosa, pero dispuesta a terminar con esto.

Cuando llegamos al recibidor Mercie no estaba en su lugar, para variar. La mano de Jev se tensó junto a la mía. Me gire para mirarlo y sus ojos estaban inquietos. Que estaba pasando aquí?

Solté su mano y camine hacía las puertas de la oficina de Rixon, escuche la voz de Jev detrás de mi llamándome. Pero ya era tarde.

Empuje las puertas y di dos pasos dentro, luego me quede paralizada. Que era lo que veían mis ojos? Rixon estaba sentado en el sillón detrás de su escritorio, sus manos acariciaban con lujuria los pechos desnudos de una rubia de pelo largo, que a su vez, tenia las manos ocupadas con la entre pierna de Rixon.

Sentí a Jev parase muy cerca de mi. El sabia sobre esto. Por eso siempre decía que no debía de confiar en Rixon, pero yo estaba muy ciega como para creerle si me lo decía.

Cerré la puerta con fuerza y Rixon miro en mi dirección. Se paro tan de prisa que la rubia la cual había resultado ser Mercie, cayo al piso tratando con sus manos de cubrir sus pechos.

La sorpresa no abandonaba la cara de Rixon. Jev había acertado, el no esperaba vernos aquí. Me quede mirándolo mientras la ira deforma mis facciones. Todo el miedo que había sentido hacia el se desvaneció y fue sustituido por el mas profundo odio.

El me había odiado por haberlo traicionado, pero el me había traicionado desde siempre. Mercie, nunca me agrado esa chica, pero ahora puedo ver las razón por la cual no quería despedirla, ella era su amante.


El sentimiento mas grande de repulsión comenzó a crecer en mi. Creía que iba a vomitar.


-Rixon... - no reconocí la voz que salio a través de mis labios, cargada de odio y decepción.


-Nora... Puedo explicarlo.


-No! no lo harás! No quiero escuchar nunca mas tus mentiras! Quiero que te largues de mi empresa y de mi vida!


-Nora espera, no es lo que crees... - caminó en dirección a mi atravesando la oficina.- Me sentía muy solo... yo no quería hacerlo.- Puso su mano en mi hombro y yo me aparte. - Nora por favor, ya podemos despedir a esta chica, ella me embauco! - se acerco a mi agarrándome del brazo con fuerza.


Intente liberarme, pero el puño de Jev fue mas rápido. Golpeo a Rixon en la nariz rompiendosela otra vez. Este a su vez se tambaleo hacia atrás cubriendo su cara con sus manos.


-Nora! Que haces? Es a mi a quien amas! Lo sabes!


-No! No te amo! Nunca lo hice! Solo sentía temor! Al mundo, a la soledad! Pero nunca te ame! Nunca me sentí como una mujer real a tu lado!


-Maldita! Eres una maldita prostituta! Te revuelcas con cualquiera! Este tipo no te ama! Solo eres una aventura para el! Pronto se ira y te dejara! Y podrás seguir prostituyendote en todo Nueva York! Ya ve...


Rixon fue silenciado nuevamente por el puño de Jev. Esta vez lo derribo en el piso y lo golpeo repetidamente. Pronto suelo estuvo lleno de sangre y cuando pensé que iba a matarlo le pedí que se detuviera. Se puso en pie y le dio una patada en costillas. Rixon se quedo tirado en el piso respirando forzadamente.


Caminé en dirección al escritorio y tome el teléfono.


-Aun estas aquí?- Mercie no se había movido una pulgada de donde estaba, aun tratando de cubrir su pecho con su blusa. - Tienes diez minutos para abandonar mi empresa, o juro por dios que te sacare por los cabellos. - Asintió y se fue hasta su escritorio a recoger sus cosas.


-Si señor, en que puedo servirle.


-Soy yo Greene. 


-Oh, señora ya se encuentra mejor?


-Si, gracias. Por favor envía al personal de seguridad a la oficina principal. 


-De inmediato. Necesita algo mas?


-Si, también envía a Scott Parnell.


Le pedí a los de seguridad que sacaran a Rixon fuera de las instalaciones, y que tenia prohibida la entrada desde entonces. Fui hasta mi antigua oficina donde me esperaba Scott, era uno de los preferidos de mi padre y conocía la empresa mejor que cualquiera. 


-Quería verme señora Grey?


-Si Scott. Rixon ya no pertenece a esta empresa y necesitare de alguien que la dirija. Mi padre confiaba en tus capacidades y conoces esta empresa mejor que nadie. Estaría tranquila de dejarla en tus manos. Claro, si aceptas.


Su respuesta fue una sonrisa que ilumino sus ojos. Tenia muchas ideas nuevas y frescas, pero Rixon nunca permitió que las desarrollara.


Lo deje instalado en la antigua oficina de Rixon y hable rápidamente con los encargados de departamentos. 


Jev estuvo todo el tiempo a mi lado y cuando termine de organizar todo, fuimos a comer.


-Uff! que día! - estábamos en Enzo`s, sentados una de las mesas del fondo.


-Me alegro que todo haya terminado, y de que estés aquí. Creí que iba a enloquecer cuando te fuiste. Viví un infierno. -sus ojos estaban llenos de algo, tal vez odio por lo que Rixon había hecho o celos por haber pensado que lo había preferido a el.


-En serio pensaste que me iría así nada mas?


-No sabia que pensar Nora. Cuando te fuiste te busque por toda la ciudad. Fui a ver a Vee y me dijo que te habías ido con el. No lo entendía y no sabia que estaba pasando. Hasta que un día vi esa invitación a tu boda, no podía creer que te casarías con el, pero no tenia muchas opciones.


-No te dejaría. Nunca. También viví un infierno lejos de ti, no había un minuto en el que no estuvieras en mis pensamientos. Te necesitaba tanto.


Me acercó a el y me abrazo. Nos quedamos así mucho tiempo en silencio, solo sintiendo nuestros corazones latir. Comimos y fuimos hasta mi apartamento a recoger mis cosas.


Todo estaba igual que como lo había dejado. Tome una de mis maletas y la llene solo con cosas necesarias. Jev se paseaba por mi habitación y se paro frente al buró.


-Esto no puedes dejarlo. - me mostraba una de las diminutas prendas que Vee me había hecho comprar para el. 


Con una sonrisa en mis labios y sintiendo el color subir a mi rostro, fui hacia el cajón y tome todas las prendas. Luego prepare mi neceser con mis cosas personales y lo deje junto mi maleta en la sala.


Jev tenia una expresión extraña en el rostro, algo lo inquietaba.


-Me dices que pasa? - abrece su cintura con mis brazos y lo mire a los ojos.


-Ven conmigo a Londres.


-A Londres?


-Si. Quiero que estamos alejados de Nueva York por un tiempo.


-Y cuando nos iríamos?


-Ahora. Tus maletas están hechas y las mías están en mi apartamento. Solo nos tomaría un minuto reservar los tickets para esta misma tarde.


Jev me miraba a la espera de mi respuesta. El era todo lo que yo quería y había deseado. Se había jugado todo por mi, y era mi turno de devolverle el gesto.


-Esta bien. Vamos!





Angel- Cap. XIV, Fanfic de Hush Hush

Patch POV



Acelere la moto rumbo a la 5ta avenida. No llevaba el casco ni las guantillas, quería sentir el aire fresco e inundado de humo de Nueva York por última vez.
Porque esta sería mi última vez. Nueva York me había ofrecido muchas cosas, y me las había arrebatado de una. No había razón para permanecer aquí y mucho menos para regresar.

Fui hasta el confesionario y entregue la moto, firme todos los papeles,  pague las facturas y arregle todo para que fueran a recoger el auto al aeropuerto más tarde.

Tome un taxi de regreso al apartamento y me detuve por un café. Recordé la última vez que estuve aquí, Nora iba enganchada a mi brazo y reíamos por cualquier estupidez. Pero eso fue hace algún tiempo.

Mi celular sonó y la pantalla se ilumino con el nombre de Dante.

-Qué pasa?

-Aduanas. Si vas a traer ese cuadro a Londres tendrás que ir a aduanas a buscar algunos permisos.

-No puedes hacerlo tú? Para eso te pago.

-No. Son trámites que debes hacer en persona. Lo más que podría hacer es pagar los impuestos por ti.

-Sí, muy eficiente. Está bien yo lo haré. Será necesario cambiar la hora del vuelo?

-Lo pospondré para las nueve. Todo esto es necesario por un cuadro?

-Sí, quiero llevarlo conmigo.

- Bien. Entonces tomate tú tiempo.

Nora me había pintado en ese cuadro. Antes de siquiera conocerme, era algo que había hecho por sí misma, que salió de ella. Claro, eso fue  antes de irse y abandonar todo lo que habíamos planeado. Pero si ese cuadro era el único recuerdo que tenía de ella, lo llevaría conmigo.

Regrese al taxi y me dirigí a la oficina de aduanas más cercana, pague al taxista y camine despacio a la oficina. Habían solo tres mesas de atención al cliente y como treinta personas en cada una.

Maldición! Llevaba dos horas en esta oficina y había llenado como cinco formularios! Todo este revuelo por un maldito cuadro!

Trate de tranquilizarme y fui a hablar con el gerente. Le explique que tenía que tomar un vuelo en una hora y que esto se estaba tardando demasiado.
Quince minutos más tarde iba camino al apartamento con un buen par de formularios bajo el brazo. Una vez estuve en la entrada de hotel note que había mucho personal de seguridad en la planta baja. Hombres vestidos de traje negro y corbata se paseaban por aquí y por allá.

Eso pasaba cuando llegaba al hotel alguna celebridad. No le preste demasiada atención y tome el ascensor hacia el pennhouse.

El pasillo estaba poco iluminado en comparación con el resto del hotel, pero ya no me importaba, tomaría mi maleta ya hecha y saldría de inmediato al aeropuerto.

Al doblar la esquina me fije que había alguien sentado en el piso frente a mi puerta. Un abrigo cubría desde su cabeza hasta sus brazos, llevaba un pantalón de chándal y tenis.  

No se movió al sentir mi acercamiento. Todo su cuerpo se tenso como esperando que me arrojara encima.

-Hola? – dije cuando me acerque lo suficiente. Pero no hubo respuesta.
Me arrodille junto a la persona en cuestión que seguía a la espera, pero de qué? Retire el abrigo de su cabeza y mechones rojos cayeron alrededor de su cara.

-Nora? – cada uno de los músculos de mi cuerpo se tenso. Nora? Pero cómo? Que estaba haciendo aquí frente a mi puerta si se casaría con Rixon en un mes? Esto no tenía sentido!

-Nora…-levante su cara suavemente y la obligue a mirarme. Marcas de lágrimas secas cubrían su cara. Muy despacio sus ojos subieron hasta mi rostro y se quedaron fijos en mis ojos. Al perecer no llegaba reconocerme, parecía sumergida en una especie de shock.

Me miro por unos segundos más. Buscaba algo en mis ojos, los suyos perecían agotados y perdidos.

-Nora estas bien? Por favor háblame di algo. Soy yo Jev, no me reconoces?

-Jev…- las palabras salieron de su boca en un suspiro. Acaso no esperaba verme aquí? De que iba todo esto?

-Si Nora soy yo. Estas empezando a ponerme nervioso. Puedes decirme que diablos está pasando?

-Jev… Jev! – un brillo de reconocimiento estalló en sus ojos. Se lanzo sobre mi derribando me sobre el piso. Repetía mi nombre una y otra vez con una creciente alegría en su voz.

-Estas aquí! Estas aquí!

La abrace y me incorpore trayéndola conmigo. Se quedo mirando mis ojos por unos segundos más con una sonrisa en los labios. Estaba feliz de encontrarme aquí, pero su rostro mostraba signos de que no la había pasado tan bien como había creído.

Se escucharon pasos de personas subiendo por las escaleras, esto pareció sacarla de su ensoñación.

-Tenemos que entrar, rápido! Donde está tu llave? – a pesar de la ansiedad contenida, su voz apenas fue un susurro.

-Aquí, espera. - Saque la llave de mi bolsillo con una mano y con la otra la sostuve contra mí. Entramos al apartamento y ella puso todas las cerraduras.
Se quedo mirando hacia la puerta como si se le fuera a venir encima, mientras que las pisadas afuera se detenían.

-Nora, puedes decirme que pasa… - antes de terminar la frase la mano de Nora voló a mi boca para acallarme. Sus ojos muy abiertos llenos de ansiedad, miedo, desesperación. Pasaron tres minutos antes que se escucharan las pisadas nuevamente retrocediendo por el pasillo.

Nora suspiro y se volvió hacia mí. Lagrimas corrían por sus ojos mientras sus manos temblaban. La agarre antes que se desplomara sobre el piso y la cargue en mis brazos. Moría por saber que estaba sucediendo, pero no podía pedirle que me explicara todo esto  mientras estaba al borde del colapso.

La lleve hasta mi habitación y la deje sobre la cama. Llene la tina con agua caliente y le puse espuma. Luego fui a la cocina, no había mucho, ya que iba a abandonar el hotel esta noche, no me preocupe por recargar el refrigerador. Tome una jarra con jugo y le prepare un sandwish, y lo deje en la mesita de la sala. 

Cargue a Nora que ya parecía más tranquila y la lleve hasta el baño. Con mucho cuidado la ayude con su ropa. Su cuerpo desnudo era tal como lo imaginaba. Su piel suave y tersa, casi translucida estaba cubierta de sudor. Su cabello rojo hacia un perfecto contraste con sus pechos desnudos.  La recosté en la bañera con agua caliente y le frote los hombros con la esponja. Sentí como su cuerpo se relajaba mientras la masajeaba.

Mi celular sonó en la sala. Debía de ser Dante, a estas horas había perdido mi vuelo. Deje a Nora relajarse y fui a contestar. No reconocí el numero que ilumino la pantalla, pero aun así conteste.

-Si?

-Jev. –conocía esa voz. Rixon. – Se que está contigo. Mis hombres están por todo tu hotel, puedes dejar a Nora con ellos y todo estará bien.

Camine de regreso por el pasillo. Nora me miró y le dirigí una sonrisa tranquilizadora. Cerré la puerta y regrese a la sala.

-Escucha lo que voy a decirte maldito. No sé qué demonios le hiciste a Nora o porqué cosas la has hecho pasar. Pero si ella está aquí conmigo, es porque no quiere estar a tu lado. Déjanos en paz, o juro por dios que te mataré.

-Ella no te pertenece! Es mía y va a ser mi esposa!

-Ella huyó de ti! No quiere estar contigo!

-No sabe lo que quiere! Es solo una niña malcriada que necesita que le enseñen algunos modales!

-Te equivocas. Es toda una mujer! una mujer que nunca le diste la oportunidad de ser. Y se quedara conmigo hasta que quiera hacerlo. Si ella decide irse no la retendré, pero que este aquí esta noche muestra que no es su deseo.

-No me importa lo que tu pienses! Ella será mi esposa y regresara a mí! Aun tenga que recorrer cielo y tierra para encontrarla. – él no sabía que estábamos en el hotel, tendría tiempo de actuar.

-Estás enfermo…

-Jev? Pasa algo? – cerré el celular y me gire para ver a Nora, llevaba una bata de baño y su cabello rojo caía sobre sus hombros.


-Tenemos que hablar.

27 de mayo de 2014

Angel Cap. XIII

Patch Pov


Ventanas. Las malditas ventanas donde siempre terminaba. No importaba cuanto lo evitara, siempre llegaba a este lugar. Siempre terminaba imaginándomela allí.

Camine a mi habitación y cerré mi última maleta. Llevaba algunas cosas para mi madre que sabía que le iban a gustar. Dante había programado mi vuelo para esta noche. No quería estar aquí no un minuto más, no después de la invitación que recibí.

Tome mis llaves y mi chaqueta, tenía unas ultimas cosas que hacer en la cuidad antes de irme. Las haría y me iría de aquí, con esperanza de nunca tener que regresar.

Nora Pov



Diez, nueve, ocho…tres, dos, uno…bien! Dos horas completas desde que Rixon se fue, debía de estar lo suficientemente lejos como para no volver. Había ideado un plan de escape y era hora de ponerlo en marcha.

-Oigan! – golpee la puerta. –hey! Ustedes allá fuera!

-Si?

-Abran la puerta, necesito ayuda. – diez segundos dudas después, la puerta se abrió.

-Que necesita? –uno de los hombretones de Rixon eclipso la puerta con su gran tamaño.

-Es mi periodo. Necesito tampones.

El hombretón en la puerta mira al que estaba justo detrás de él. Este le respondió levantando los hombros.

-Llamare a Rixon.-Cerro la puerta otra vez, y me pegue a ella para escuchar lo que diría. Segundos después la puerta se abrió y el hombretón me ofreció el teléfono.

-Si?

-Nora, que pasa?

-Es mi periodo, si? Necesito tampones.

-Bien, dile a los hombres de cual los quieres y ellos los traerán para ti.

-No, claro que no. No voy a dejar que estos idiotas los compren, sabrá Dios que podrían traer.

-Nora…

-Escucha Rixon, es mi periodo, necesito los malditos tampones y pronto!- hizo silencio por tanto tiempo que pensé que había colgado.

-Iras con los hombres a comprarlos en la farmacia mas cercana. Estarás con ellos todo el tiempo y no intentes nada estúpido, o habrán varias personas que lo pagaran, entendido?

-Si…

-Bien. Pásale el teléfono a Víctor.-le di el teléfono al hombretón, y este asentía a las indicaciones de Rixon.

-Vamos.- dijo luego de cerrar.

Regrese a la habitación y tome mi chaqueta, llevaba jeans, un polo azul y zapatillas para correr. Estos hombres podían ser muy fuertes, pero ya quería verlos tratando de alcanzarme.
Camine escalera abajo dándole forma a mi plan en mi cabeza. Debía de buscar la forma de alejarme de ellos, solo unos minutos bastarían. Rixon me había quitado todas mis tarjetas de crédito. Pero siempre tenia el dinero de emergencia en mi maleta, por si debía de salir rápidamente de casa en algún momento. Así que ahora contaba con trescientos dólares que descansaban en mi pantalón. El viaje de Miami a New York me tomaría todo un día en tren, y estoy segura de que los hombres de Rixon se dirigirían allá una vez se den cuenta que me había ido.

Con una descarga de adrenalina corriendo por mi cuerpo me subí en el auto. Todo mi cuerpo estaba tenso, preparado para el reto.

La idea era que los hombres se cansaran de este viaje lo suficiente para dejar de seguirme. Los lleve creo que por todas las farmacias que hay en Miami. Dos horas después nos detuvimos frente a una muy grande que tenia varios departamentos.

-Aquí si puedo encontrar los que uso. Solo me tomara un minuto. –como no había intentado escapar antes, los hombres se confiaron de mi declaración y me dejaron entrar sola. Dos de ellos se pararon a cada lado de la puerta, mientras los otros dos se recostaron despreocupadamente del auto negro.

Camine por la tienda por unos minutos y tome una caja de tampones verde. Fui hasta la caja.

-Disculpa. Cuánto cuestan? – dije a la morena que estaba detrás del mostrador cuyo largo cabello caía lacio a ambos lados de su cara.

-Espera.- pasó la caja por el verificador.- son veinte dólares.

-Uh…bien. Escucha, tienen una puerta trasera?- pregunte tratando de poner toda la ingenuidad posible en mi cara, para no levantar sospechas.

-Si, es por ahí.

-Gracias.- le dije con una sonrisa no fingida.

Camine hacia los anaqueles dejando la caja verde en su lugar, di una última mirada a los hombres que estaban fuera. Estaban bromeando unos con otros y mirando a las chicas que pasaban. Era mi oportunidad, ahora o nunca.
Me dirigí despacio a la salida de emergencia, mirando los anaqueles que estaban cerca. Una vez estuve en el umbral, donde los altos espejos de decoración me tapaban completamente eche a correr.

Corrí por el estrecho pasillo. Corrí como nunca no había hecho. Salí a un callejón lleno de tanques de basura, la única salida daba justo donde estaban los hombres esperándome, así que corrí en dirección opuesta. Había una maya que dividía la propiedad  de un taller de autos.

Salte por la malla y corrí pasando a unos hombres que me miraron con expectación, pero no trataron de detenerme. Tenía que llegar a la estación del tren. No sabía si los hombres ya se habían percatado de mi ausencia, pero no iba a mirar atrás para averiguarlo.

Veinte minutos de correr después, me detuve frente a la ventanilla para comprar un boleto sin escalas a New York, con un poco de suerte, estaría allí para el atardecer. Pague el ticket y camine hacia la zona de abordaje. Compre una gran botella de agua, galletas y unos chocolates, tape mi cara cubriendo mi cabeza con mi abrigo y me subi al tren.

Una vez el tren se puso en marcha pude relajarme. Trate de no pensar en Rixon y como estaría ahora, buscándome por toda la cuidad, o enviando a sus hombres a Nueva York. Cuando la adrenalina abandono mi cuerpo me sentí cansada, había corrido tanto que me dolían los pies. Puse seguro a la puerta de mi pequeño compartimiento, y me recosté en el sillón cama rojo. Con el rostro de Jev en mi cabeza, caí en la inconsciencia.
***
Cuando desperté estaba cayendo la tarde tras la ventanilla. Una voz anunciaba que llegaríamos en diez minutos. Me puse mis zapatos, peine mi cabello lo mejor que pude con mis dedos y comí las galletas.

En eso estaba cuando el tren llego a la estación, fui de los últimos pasajeros en salir. Canime despacio y con mi abrigo cubriendo mi cara. Había tomado uno reversible y ahora lo usaba del lado negro, no amarillo como cuando estaba con los hombres en el auto.

Vi varios hombres en traje repartidos por toda la estación. Me las arregle para pasar inadvertida. Tome un taxi afuera y le indique donde ir. Condujo por las concurridas calles, mientras yo me devanaba los sesos pensando si Jev había regresado ya a Londres.

Le dije al taxi que rodeara el edifico donde estaba el departamento de Jev. Había hombres por todas partes, unos en traje otros vestidos con jeans in chaquetas. No podía decir cuáles eran los secuaces de Rixon y cuáles no.

Nos detuvimos en la parte trasera del edificio. Le pague al conductor y espere que se fuera. Salte la malla, tal como lo había antes en la farmacia, y camine por los tanques de basura. Entre por la cocina, le di cincuenta dólares al chico que lavaba los platos para que me ayudara a salir sin ser vista. La mitad de los empleados aquí me conocían, me habían visto varias veces junto a Jev y no se negaron a ayudar.

Fue por un carro de limpieza y me ayudo a meterme dentro. Deslizo el carro hasta el ascensor mas cercano y oprimió el botón del penhouse. Cuando las puertas de ascensor de abrieron el chico miro a todos lados antes de abrir el carrito.

-Puedes salir. Unos hombres se han pasado la tarde subiendo y bajando de este piso. Tendrás por lo menos veinte minutos antes de que vuelvan a subir. Suerte.

Asentí con un nudo en la garganta sin poder decir nada. Camine por el pasillo con los ojos muy abiertos.

Toque una vez la puerta. Nada paso. Toque otra vez. Nada.

La adrenalina del miedo comenzó a correr por mi cuerpo. Golpee la puerta con toda mis fuerzas, pero no hubo respuesta. Me desplome en el suelo con la espalda contra la puerta. Abrace mis piernas mientras lagrimas corrían por mis ojos. Estaba pérdida, pronto los hombres de Rixon subirían y me encontrarían aquí. Podía huir, ir por ayuda, pero ya no quería. Si Jev se había ido, ya nada de esto tendría sentido.  


Me quede sentada en el piso con la cabeza entre mis rodillas. Todo había acabado, Jev se había ido y con él mi única esperanza.



MagenXoxo