31 de diciembre de 2013

Happy New Year!

Todo el staff de Love to Hush Hush y Love to Patch Cipriano les desean un feliz y prospero año nuevo, cargado de oportunidades y nuevas esperanzas!
 
 

27 de diciembre de 2013

Retenida Bajo la Oscuridad- Cap. III




Me sobresalté cuando escuché abrirse la puerta del conductor. De soslayó comprobé como mi secuestrador de esa noche, se apeaba del jepp y se echaba andar hasta perderse de mi vista. La noche a esas horas estaba ya demasiado renegrida como para distinguir algo a dos palmos de narices en el exterior.
Además, al igual que el motor, las luces del coche también se hallaban completamente apagadas.

Un golpe secó a mi costado me hizo gritar del susto, pero antes de que me pusiera a vocear pidiendo auxilio como una histérica, entendí que se trataba de Patch. De alguna manera eso logró tranquilizarme, aunque era un consuelo un poco estúpido teniendo en cuenta que nuestro reencuentro transcurría en términos nada halagüeños.

-Ven conmigo –anunció con sequedad mientras de forma rápida y con auténtica pericia me sacó del jepp casi en volandas.

Una vez fuera, aferré los extremos de mi camisa rasgada e intenté taparme juntando ambos lados todo lo que pude, algo prácticamente inviable cuando tan solo contaba con una mano.

Olvidando por unos instantes este hecho, forcé la vista para escrutar el lugar exacto en el que nos hallábamos. Era absolutamente imposible. El maldito cielo encapotado no facilitaba la tarea.

Sujetada por la muñeca por Patch, este comenzó andar de manera inconmovible unos pasos por delante de mí, llevándome casi arrastras, ya que yo no podía seguir su ritmo. A lo de no ver bien, había que sumarle las heridas y el agotamiento de mi cuerpo.

-Para, por favor… -rogué.

- Estamos llegando –soltó sin detener el paso, ni voltearse.

Tenía frio y me dolían los pies, lo que dificultaba que pudiese andar correctamente, y menos cuando no alcanzaba a visualizar el terreno en el qué me movía.

Tropecé con algo, probablemente una pequeña piedra, pero fue más que suficiente para perder el equilibro. Cuando pensé que mi cara besaría el irregular suelo, unos brazos fuertes me sostuvieron justo a tiempo para evitar tal desenlace.

-¿Qué ocurre? ¿Es qué no puedes caminar? –preguntó acusador, pero noté también en seguida, como me estrechaba más contra la seguridad de su cuerpo, y como sus manos descaradas buscaron mis nalgas.

-Yo… estoy cansada –admití con sinceridad cerrando los párpados.

En un santiamén sentí como Patch me aupaba para llevarme en brazos. Cuando nuestros rostros estuvieron de nuevo uno cerca del otro a escasa distancia, contemplé esa mirada perversa como el manto de una noche llena de muerte, pero también sobre todo, discerní un brillo aciago en sus ojos. Una infelicidad tan manifiesta que me quebró por dentro, haciéndome estremecer de arriba abajo.

No sé cuanto caminó, yo simplemente me había dedicado a enterrar mi cara en el abrigo de sus músculos y esa sensación reconfortante me había evadido por completo de la realidad. Al menos hasta que fugazmente me pareció reconocer el…

«¿Delphic? ¿La caseta que llevaba hasta el apartamento de Patch? ¿Era allí donde estábamos?».

Un escalofrío se apoderó de mí ser cuando me asió de sus brazos. Me sentí huérfana sin su piel calentando la mía.

Cerré los ojos odiándome por ser débil cuando era más que obvio, que él no veía aquel pequeño encuentro como algo maravilloso. Todo lo contrario, daba la impresión de…
«¿Odiarme? ¿Ser mi enemigo?».

Cuando enfoque de nuevo la vista al frente, me topé con la mirada oscurecida de Patch, solo que más que contemplarme como a un rival que había que aplastar, me observaba incitante, con un brillo voraz que me dejaba totalmente desnuda ante él.

Su vista tomaba muy buena nota de mis pechos envueltos por el sujetador. Todo gracias a mi camisa rota.

Ruborizada me apuré a aferrar ambos lados y cubrirme todo lo que me era posible. Esto hizo que Patch soltara una carcajada presuntuosa.

-Me parece muy hermoso tú pudor, pero sí nos hemos acostado ya antes –se aproximó y me arrancó las manos de la prenda, manteniéndomelas apretadas a ambos costados de mi cuerpo y así poder disfrutar de la visión que había intentado privarle por todos los medios-, supongo que te habrás desnudado para mi, ¿o es que lo hacíamos vestidos? –se reía, lo sabía, pero aún así tuvo la delicadeza de no romper en una risotada.

-Las cosas son diferentes, han… cambiado –balbuceé al ver que el muy descarado no se molestaba ni un poquito en apartar la vista de mis senos para disimular.

Al escucharme simplemente se encogió de hombros y con displicencia aseguró:

-Bueno, podría ser –elevó una mano hasta mi mejilla para comenzar una deslizante caricia que lo llevó hasta uno de mis pechos, donde pellizco el pezón a través de la fina tela-, pero podemos… recordar los viejos tiempos también, ¿no crees? –inquirió con resolución y su boca se curvó maliciosa.

- ¡No! –me sacudí para que zafarme, pero Patch parecía hecho de granito. Inmovible.

-¡Tranquila! –bramó, dejando claros indicios de que sí seguía poniéndoselo complicado y creando rabietas, me lo haría pagar… muy caro.

Instintivamente mis articulaciones obedecieron y no ofrecí más resistencia, simplemente me quedé paralizada, contemplándolo con cierto resquemor.

-Bien, así me gusta –celebró colando las manos por el interior de mi camisa y así trazar mi espina dorsal de arriba abajo-, que te muestres servicial –y cuando se detuvo en el cierre del sostén, temblé.

-No… no, por favor –rogué con la esperanza de que no siguiera jugando más conmigo-. Aquí… no –quizás sí no lo rechazaba del todo se cansaría y me dejaría en paz.

Dejando asomar su sonrisa de pillo se inclinó y susurró en mi oído:

-Puedo solucionar eso, y te aseguro que la próxima vez, de lo que menos te vas a preocupar será del lugar –sentenció separándose de mí y riendo con ganas.
«¿Próxima vez? ¿Qué quería decir con eso?».

-Vamos –dijo Patch sacándome de mis reflexiones.

Esperaba para que bajara por la rampilla, por el túnel que conducía hasta ese oculto hogar que tenía bajo la superficie del Delphic. Al cerciorarse de que no reaccionaba y que sigua en el mismo sitio sin moverme, me advirtió, o más bien… amenazó.

-Te estoy ofreciendo una oportunidad, niñita. No creo que tú… ejercito de Nifilim esté en una situación tan… cómoda como la tuya –el semblante era sobrecogedor-. Te lo volveré a repetir una vez más, y te advierto que se me está agotando la paciencia… O te comportas obediente… –dibujó una mueca burlona llena de oscuras intensiones- y complaciente, o te enviaré de vuelta con mis hombres. Y no creo que sean tan… tolerantes como lo estoy siendo yo contigo.

«¿Qué él era –t-o-l-e-r-a-n-t-e? Debía estar de broma, ¿no?».

Como tardaba, arqueó una ceja retándome a ver sí era lo suficiente estúpida como para enfrentarme de nuevo a él.

«¡Santo cielo, estaba atrapada!».

Resollando molesto, hizo ademán de regresar a por mí y esta vez, y muy seguramente, para cumplir su terrible promesa. Y eso sería similar a una sentencia de muerte.

-¡No! –me apuré a contestar-. Haré lo que me pidas, yo…

Esta vez no ocultó en absoluto la carcajada que brotó de su boca.

-¿Acaso lo dudabas, pequeña? Claro que harás lo que yo quiera y cuando yo, lo desee –alargando una mano en mi dirección-. Ahora ven aquí, quiero llegar al apartamento y darme un baño... -el brillo oscuro de sus ojos se intensificó- caliente… para entrar en calor.

Dudé una fracción de segundo, pero antes de permitirle a mi mente divagar en el significado de las palabras de Patch, me vi aceptando su mano y accediendo, siempre protegida por él, al subsuelo de aquel lugar.

«Definitivamente estaba perdida. Y lo sabía».

S.M. Afonso

19 de diciembre de 2013

Retenida Bajo La Oscuridad- Cap. II (Fanfic erotico)



Retrocedí unos pasos. No sabía que pasaba allí pero por lo que lograba comprender Patch tenía un cierto rango entre todos aquellos hombres y no dudaban en cumplir sus deseos sin protestar siquiera. Me arrastraron sin muchos miramientos, de forma bruta y sin esfuerzo a pesar de que yo me resistía. El Patch que estaba allí era la mismísima reencarnación del mal.

-¡No! –protesté- ¡Soltadme!-Fue inútil y en un santiamén estaba a su lado, donde él me tomó bruscamente sin ninguna delicadeza, colocándome de espalda justo delante de él, para que el resto pudiera vernos.

-Ya sabéis que tenéis que hacer –dijo Patch.

-¿Y ella? –inquirió el chico, el cual yo pensaba que de un modo u otro mandaba ahí, pero al parecer nada que ver. Patch era su líder, y si no, algo muy parecido.

-A esta –y me zarandeó un poco-, me la quedo yo. Haced lo que queráis con el resto, pero no olvidéis nuestros objetivos y finalidad.

Se oyeron quejas y descontentos en forma de murmullos. Por lo visto Patch les había quitado la oportunidad de desquitarse conmigo.

-¡Ya basta! –vociferó.

-Jev, hemos derrotado a un grupo importante de Nifilim esta noche –comenzó hablar otro. Sí lo reconocía o no, ya no lo sabía, mis ojos anegados en un llanto secreto no me dejaban vislumbrar lo que sucedía- Nos merecemos como mínimo divertirnos un poquito con esa zorra –añadió refiriéndose a mi-. Es la descendiente de 'La mano negra'. El premio gordo –se cachondeó finalmente.

Aunque el buen humor no le duró mucho, porque tras mirar a Patch se quedó tan inmóvil como una estatua. No podía saber que vio en su rostro porque estaba detrás de mí, pero no debía ser nada amigable al ver las expresiones de zozobra en todos ellos. A esas alturas yo respiraba apresuradamente y me sudaban las manos. Síntomas que aumentaron cuando Patch contestó:

-Veré que tan complaciente es –me pegó más a su pecho- y si merece la pena que se quede en mi cama –riendo recorrió con su mano libre mi cadera peligrosamente limitando en donde comenzaba mi zona más intima.

-¿Nos la entregarás después? –quiso saber uno.

-Eso depende de cómo se comporte –acercó su boca a mi oído-. Dime pequeña, ¿serás un ángel conmigo y me obedecerás o prefieres que te deje aquí con los demás?

«Por qué me hablaba como si no me reconociera? Como si fuera la primera vez que nos veíamos…» «¿Estaría fingiendo?» No lo parecía. Su actitud hacia mí era ruda, en sus palabras dejaba claro que era un simple objeto para él, o lo satisfacía por entero o estaba dispuesto a dejarme allí, con el resto y a su total voluntad sin importarle nada en absoluto.

-Patch –murmuré con un nudo en la garganta.
Como respuesta, él me giro para hacerle frente, como si no comprendiera el por qué de aquel nombre que salió de mis labios.

-¿Patch? –enarcó una ceja-. Cuando estés conmigo el único nombre que mencionarás –sonrió con sorna-, o gritaras, será el mío. ¿Has entendido?

Su actitud era irreconocible, por lo que simplemente asentí débilmente con la cabeza.
-Veo que eres una chica lista.

Repartió las últimas órdenes y a continuación, sin soltarme en ningún momento, tiró de mi hasta el que parecía ser su nuevo coche, un jeep SRT8 de color negro, conocido por su extrema velocidad y, viendo que no había nada cortés en sus acciones, me estremecí al saber que debía subirme a ese coche, con un Patch aparentemente ávido de repartirme algún tipo de lección. Me dejó en la puerta del copiloto sin más y se encaminó hacia el lado del conductor.

-Sube –dijo mientras abría la puerta de su lado.

De soslayo calculé que posibilidades tenía de escapar en ese preciso momento, que como solía suceder, descubrí que eran escasas, ridículas. No iría muy lejos, sin que Patch lograra alcanzarme en apenas segundos. Era de noche y el lugar donde nos encontrábamos no era nada halagüeño como para empezar una marcha en solitario, perdida y sin rumbo. Además, el estado físico en el que me encontraba tampoco ayudaba. «Pero aún así…». Clavé mi mirada en él. Podría ser una misión suicida, seguramente, pero huir sería mucho mejor opción que quedarse, teniendo en cuenta al Patch que tenía frente a mí.

-Yo que tú, ni lo intentaría –me advirtió con tono enajenado, lo cual hizo que me quedara aún más paralizada- ¿Quieres jugar, pequeña? –dio un portazo y en un santiamén llegó hasta mi posición. Sin ninguna dificultad me subió al jeep, y a continuación, tras rodear el coche se montó él finalmente. Colocándose detrás del volante y arrancando el motor. Tragué saliva con mucha dificultad. Tenía que saber que iba a suceder con él, y… conmigo.

-¿A dónde me llevas? ¿Qué quieres de mí? -Él bufó como si mis preguntas fueran estúpidas.

-¿Necesitas un mapa, chiquita? Podría ofrecerte alguna explicación –de reojo miró mis piernas y torció la boca, en una sonrisa oscura- pero creo que te servirán más los hechos que la teoría.

Aquellas palabras provocaron en mí un calor que recorrió de manera abrasadora cada centímetro de mi cuerpo. «Maldita sea». Debía reaccionar de otra forma y no caer tan fácilmente en su embrujo.

-No te rec… reconozco, Pat… Patch –tartamudeé intentando hallar una razón a todo aquel asunto y al hecho de que, el chico que amaba hubiese cambiado tanto.

-¿Y por qué deberías de hacerlo? –preguntó secamente con la vista clavada en la carretera.

Sí por cualquier motivo no me recordaba, como ya me sucediera a mí en el pasado, tal vez, sería acertado hablarle de lo… «nuestro» y, así ayudarlo a llenar las lagunas, que por lo visto tenía. Al menos, cuando yo pasé por lo mismo, habría agradecido que hubiesen hecho lo mismo por mí y no dejarme viviendo en la ignorancia de la situación.

Respiré una enorme bocanada de aire para insuflarme valor.- Porque… tú y yo, eh… teníamos algo.

¿Así? –sonaba más teatral que sorprendido. Alzó una ceja socarrón- ¿Y que era ese algo, pequeña?

Para no flaquear ladee la cabeza por mí lado de la ventana un breve instante antes de responder.

-Una… relación, éramos… novios. Con disimulo lo observé para ver su reacción. Enseguida supe que había sido un error, ya que me molestó sobremanera ver como parecía esforzarse por no romper a reír.

-Así que novios, eh –inquirió.

- ¡Sí! –repliqué exasperada abrazándome con ambas manos el estómago. Lo cual debía divertirle, porque está vez no se preocupó en retener la risa.

-Dime una cosa, niñita, ¿Cómo nos divertíamos?
La pregunta me dejo perpleja y parpadeé varias veces… «Mmm, ¿qué quería saber exactamente?» Lo mejor era irse por las ramas y no pararse a pensar.

-Supongo que como cualquier otra pareja.

-Entiendo –con los ojos puestos en la carretera aceptó llevando una mano hasta mi cabello y sin dar más rodeos quiso saber-: ¿Hemos tenido intimidad?

Di un respingo al escucharlo. Al parecer, estaba más que dispuesto a verme abochornada.

-Mmm, nos hemos besado, sí. -A su semblante asomó una sonrisa de pillo mientras bajaba su mano hasta descansar en mis muslos, lo que desencadenó que temblara de arriba abajo reconociendo su tacto en mi piel. Concentrado totalmente en la conducción, que por cierto, la velocidad que alcanzaba con aquel jeep ponía los pelos de punta, y sin cesar en torturarme con esa especie de caricias descaradas, pregunto de nuevo:

-Yo me refiero a sí nos hemos acostado, chiquita. Abrí los ojos como platos.

-¿Cómo? -Él detuvo al fin el coche y me miró fijamente, incitante. Trasladó el toque que ejercía a lo largo de mis muslos hacía mí entrepierna, lo que hizo que me removiera inquieta haciendo lo posible por apartarlo. Él me inmovilizó de inmediato con sus brazos.

-¿Es tú reacción, un no?

-Por favor… -le rogué temerosa de hacía donde podía ir a parar todo aquel asunto.

Me arrepentí en seguida de implorarle cuando me di cuenta que su rostro se tensaba destilando hostilidad. Echó hacia atrás mi cabeza agarrándome por el pelo con muy poca gentileza, dejándome completamente expuesta a su escrutinio y voluntad. Peligrosamente pegado a mi cara, donde nuestros labios y pieles entraban casi en contacto, graznó:

-¡Sí o no! Es muy simple la respuesta, ¿no crees? -Al ver que tardaba en resolver su duda con su mano libre desgarró la tela de mi camisa dejando a la vista mi sujetador negro.

-¡No! –grité haciendo lo posible por darle una patada entre sus partes. Lo que resultaba inútil, Patch era demasiado fuerte y yo estaba malherida de la contienda que los Nefilim habíamos tenido con algunos caídos.

Para impedir mi ataque se echó prácticamente encima de mí. -¿Qué significa esto, niñita? ¿Qué solo paseábamos de la mano y jugamos al billar, o que realmente sí que nos divertíamos en la cama?

Estaba tan humillada que mi visión se nubló por las lágrimas que luchaban por salir.
-¡Quiero oír tú respuesta! –exigió, al parecer harto del drama. Y yo, sinceramente no pude más. Con rabia e impotencia le espeté al fin, apartando mi rostro a un lado para evitar que me viera abatida:

-¡Sí!

-¿Sí, qué? –«¿Por qué disfrutaba
mortificándome?» tenía las mejillas mojadas por mis lágrimas, pero eso no bastó para Patch. Me obligó a que lo miraba, lo que solo ayudó a que me sintiera doblemente condenada al verme tan vulnerable bajo su control. Pero por lo visto, esto removió algo en su interior porque por primera vez en la noche, noté como vacilaba y fruncía el ceño consternado. Contrariado mientras parecía traspasar mi mente con su mirada. Como cuando alguien está concentrado en acertar lo que puede esconder un jeroglífico.


Pasados unos minutos se apartó de mi lado como sí mi piel le resultase lava ardiente. Mientras Patch volvía a su asiento sin dirigirme ni una palabra siquiera, yo parpadee desconcertada por lo que acaba de suceder.

S. M. Afonso

18 de diciembre de 2013

Angel- Capitulo VI, Fanfic de Hush Hush

Patch POV



No dormí en toda la noche. No pude sacarme a esa mujer de la cabeza. Ahora que la había visto de cerca, con su cabello rojizo y mentón alto, era mas hermosa de lo que creí.

Me di una ducha fría para calmar la calentura de mi cuerpo. Ella evocaba mis más bajos instintos. Me vestí con una camisa manga larga y pantalones negros, iba  a ser un día frío, pero yo estaba lejos de sentirlo.

Salí del departamento no sin antes mirar hacia las ventanas del departamento de en frente. Aun guardaba esperanzas de poder verla una vez mas.  

Una vez estuve en el edificio Grey Textiles me dirigí solo hacia la oficina de Rixon. Ya sabia el camino y no estaba para saludos. Cuando llegue al recibidor donde antes me había esperado la rubia que usaba dos tallas menos en la falda, no vi a nadie. La silla vacía se mantenía inerte contra la pared.

Camine hacia uno de los enormes sofás y me dispuse a esperar. Tal vez era muy temprano y aun no llegaba. Pasaron diez largos minutos antes de que se abriera la puerta de la oficina de Rixon. La despampanante rubia salió bajándose la falda con una mano y con la otra se limpiaba el labial.

Sus mejillas rojas de la excitación parecieron encenderse mas al verme, no me esperaba.

-Buenos días.- Dije en tono natural. No era la primera vez que veía esto. Al pasar de empresa en empresa durante años, veía las cosas mas extrañas. Ya nada me sorprendía.  Jefes que engañaban a sus esposas con las secretarias, gerentes y hasta personal de limpieza. Así que lo deje pasar. Mis condolencias a la esposa afectada en este caso. Apuesto que la esposa de Rixon no sabía nada.

-Buenos…días. Ya lo anuncio. – y tomo su teléfono como cada vez con mirada algo perdida o avergonzada.

Minutos después Rixon vino a recibirme. Hoy daríamos una vuelta por la planta a ver como iba todo.

**********************

Cinco horas después habíamos regresado a la oficina de Rixon. Había visto las maquinarias y conocido parte del personal.  Me disponía  a irme a casa temprano. Sabia que era una locura, pero tenia que ver a esa chica otra vez fuera como fuera.

-Que harás esta noche? – las palabras de Rixon me sacaron de mi ensoñación.

-Ah…nada, nada especial.

-Perfecto. Hoy abra una fiesta de caridad, para recaudar fondos. Los principales empresarios de la cuidad y el país estarán alla. Tú debes estar ahí.

-Bien. Y donde será? – por deseo que tuviera de ver a la chica otra vez, no podía faltar a este evento. Estarían posibles clientes y personalidades importantes de la industria.
-Ven y te anoto la dirección. – me paso un trozo de papel con una dirección. – Sabrás llegar?

-No te preocupes, me las arreglare.

Llegue a mi apartamento, pedí algo de cenar y me prepare para la cena. El truco estaba en llegar temprano, reconocer a los posibles potenciales e ir por ellos.

Conduje despacio por la ciudad en busca de la dirección que me había dado Rixon. Llevaba a un lujoso establecimiento, con un salón que daba paso a un gran y especial restaurante.  En la puerta di una generosa suma para caridad y entre en el recinto.

Una hora después me hallaba en el baño. Había saludado y hablado con los máximos representantes de la elite empresarial de nueva york, tenia muchas reuniones y cenas para la semana entrante.

Cuando salí del baño sentí que alguien se choco con mi espala. Me gire para ofrecerle una disculpa. Y estaba otra vez. Esa chica que me volvía loco y no me dejaba pensar con claridad.

Llevaba un exquisito vestido amarillo que dejaba ver sus largas piernas, y su rojizo cabello le caía sobre los hombros. Esta vez no se escaparía.

-Se encuentra bien? – la sostuve por el brazo para ayudar a que se estabilizara, y para que no saliera huyendo.

-Si… gracias.

- Veo que has conocido a mi prometida.- Rixon se acercaba por detrás de ella con una sonrisa en los labios. La tomo de los hombros y ella se alejo de mi. – Nora, este es el nuevo socio del que te hable Jev Cipriano. Jev, esta es Nora mi bella prometida. – besó sus labios en un rápido y desinteresado beso.

No pude decir nada. Una ira irracional crecía dentro de mi. Me excuse como pude y regrese al baño.

Una vez allí trate de calmarme. Pero no lo conseguí a la primera. No podía creer que Rixon, ese maldito sea su prometido. Que ella fuera la mujer a la que le envié mis silenciosas  condolencias esta mañana, cuando presencie su acto de infidelidad.

Y mas aun, no entendía como el podía estar con otra mujer teniéndola a ella! El era un idiota! Me mire al espejo y vi mis ojos dilatados por el odio que sentía por el.

El no la merecía y yo iba a ser algo al respecto. Lave mi cara y me calme. Cuando sentí que podía salir y no ir a golpear en la cara a Rixon, fui en busca de ella.

M. Xoxo

16 de diciembre de 2013

Retenida Bajo La Oscuridad- Fanfic de Hush Hush

2º parte de: La primera vez de Patch & Nora 
Género erótico, Fanfic escrito por S.M. Afonso 





«Solo los inmaculados de corazón y virtuosos de alma conocerán la salvación eterna».

O eso era lo que, por lo visto ridículamente creía hasta ese preciso instante. Ante mi tenía la devastadora imagen de lo que había sido, apenas hasta hacía muy pocos minutos una aterradora batalla entre dos ejércitos. Una contienda embriagada por el apetito ciego del poder, por el deseo desenfrenado de dominar el mundo por encima de todo y todos.

En esta ocasión los Nifilim eran los grandes perdedores. Aún me preguntaba si de verdad alguna vez tendríamos la más mínima opción de ser los triunfadores y acabar con siglos de esclavitud forzada. Con algunas magulladuras, hematomas y con la ropa hecha un desastre observaba horrorizada cuales serían las consecuencias del enfrentamiento entre los Nifilim, de los cuales yo era su líder absurdamente y de manera inverosímil y entre el batallón de ángeles caídos, que al parecer solo seguían sus propias reglas individuales. Pero algo cambió ese día y una nueva revelación llegó ante mí dejándome desconcertada por completo.

Mientras mis hombres permanecían esparcidos por el suelo en un estado de absoluto letargo, tan solo quedábamos en pie unos pocos. Un número ridículamente inferior al que formaba la fila de nuestros oponentes, que parecían no haberse despeinado en la lucha. Estaban y se habían vuelto más fuertes que nunca. Sí es que alguna vez se habían marchado o nuestra condenada sangre de Nifilim nos podía brindar alguna oportunidad… Estaba claro que no.

Entre los caídos reconocí a Gabe, Jeremiah y Dominic, pero fue otro quién tomó la voz reinante para romper el ensordecedor silencio que flotaba en el aire. Lo que hasta hace unos momentos tan solo hubiese resultado casi imposible. Será mejor que aceptéis los hechos. El joven que habló no ocultaba su malévola risa, mientras caminaba entre los cuerpos inconscientes como quién acude a un día de rebajas, lo que resultaba espeluznante. Estaba claro que éramos eso, mercancía para usar. Y yo no podía tirar la toalla con tanta facilidad.

Para bien o para mal era la descendiente directa de 'La mano negra' y había hecho un juramento para liderar nuestra raza y causa. No había sido mi desición, pero Hank no me dejó otra alternativa. Me armé de valor y dirigí una mirada furiosa para dar a conocer mi opinión.

-¡Jamás! No mientras sigaís destrozando vidas. Poseyendo cuerpos sin pensar en las consecuencias que acarrean de vuestros actos déspotas.

Todos los ángeles caídos allí presentes rompieron en tronadoras carcajadas al escucharme.¡

-¿Y quién nos lo va a impedir, eh? ¿Tú? –siguió hablando el chico de antes-. Solo sois simples utensilios para tomar cuando lo creamos oportuno –dijo propinando un rodillazo a uno de la media docena de Nifilim que aún nos alzábamos sobre nuestras piernas temblorosas.

Estábamos acorralados e impotentes. Totalmente a su merced y hacía ya rato que permanecíamos como condenados esperando su sentencia final con ansia para no alargar todo aquello mucho más.

-Resultáis tan penosos que vuestra líder es una cría como tú –continuaba diciendo-. Dime…- caminó hacia donde yo estaba y se puso a escasos centímetros. Hice lo que pude por no demostrar temor y retroceder-, ¿no teníais a alguien más… apto? –se burló con una carcajada.

Había una cosa que me preocupaba también enormemente. Scott y Tono estaban prisioneros, y Dante yacía inmovilizado por varios caídos. Las cosas pintaban muy mal. No podía darme el lujo de ejercer mi rebeldía en esos momentos. No con tantas vidas en juego. Tragué saliva con dificultad y el joven que me hacía parecer enana a su lado clavó de nuevo sus ojos en mi con una clara expresión de triunfo y de una secreta promesa. Me lo haría pasar muy mal si nadie lo impedía.

-Decidme chicos –alzó la voz para que lo oyeran sus aliados, pero no retiró su mirada de mí-. ¿Qué podemos hacer con esta niñita? –preguntó finalmente estirando su mano para tomar un mechón de mi cabello en una especie de fingida caricia.

Los gritos de júbilo eran abrumadores.

-A mí se me ocurren un par de ideas –se mofó uno. Podemos divertirnos un ratito –rió otro.

-¡Sí! No nos importa compartirla –proclamaron unos cuantos.

El muchacho que estaba ante mí les dedicó una radiante sonrisa a sus camaradas en forma de aprobación. Cosa que me hizo amedrentarme por dentro temiendo lo peor.

-¿Qué opinas, niñita? –me insto centrándose de nuevo en mi y tirando ahora sí con despreció de mi pelo-. ¿Estás dispuesta a recompensarnos? No es que seas la gran cosa, pero… -revisó el lugar rápidamente con su vista-, no tenemos mucho más donde elegir –su tono era perverso, igual que su semblante.

Capte horrorizada el significado de sus palabras. En el ejercito Nifilim las mujeres brillaban por su escases y la única que estaba allí plantada ante esa pesadilla era yo. Totalmente a su merced porque por mucho que guerreara no tenía ningún tipo de posibilidad de salir bien librada de aquel mal sueño hecho realidad.

-¡Contesta! –exigió el que llevaba el control de la situación. O eso parecía-. ¡¿No sabes usar la lengua?! –y dicho esto me abofeteó.

Apreté los dientes para no derrumbarme-. ¿Tengo que enseñarte zorrita? –tirando con brutalidad de mi cabello echó mi cabeza hacía atrás.

-¡No! –grité desesperada y con la vista nublada por las lágrimas.

Ahora sí, la poca valentía que me quedaba se esfumó. Para mi sorpresa, el muchacho aflojó su agarre. No podía ser que tuviera después de todo remordimientos y algo se moviera en su interior al verme completamente abatida. Pero pronto conocí el motivo que provocó aquella reacción, cuando oí una voz extrañamente familiar. Hacía semanas que la había escuchado por última vez, y ese día también venía acompañado de muchas otras imágenes que nunca podría olvidar.

-¿Qué ha sucedido aquí? –interrogó autoritario el recién llegado.

Debía ser una especie de alucinación porque al otro lado de donde yo me encontraba, vi la figura intimidatoria de Patch. Iba vestido totalmente de negro y sus rasgos eran severos. Duros. Aunque la amenazadora sombra de su mirada era aún mucho más preocupante.

Cuando el maldito que me retenía pareció entender la orden que trasmitió Patch en un oculto secreto, apartó las manos de mí, y por fin me liberé de su agresión.

-Simplemente hemos cuidado nuestros intereses, Jev –le rendía deferencia, pero no parecía muy contento por ello-. Y ahora pensábamos tomarnos un pequeño respiro pasando un rato agradable –comentó con una mueca vil.

Patch recorrió el lugar con la mirada y en sus labios se dibujó una sonrisa perversa. Era él, lo sabía, pero no lo reconocía, y yo sentía que en cualquier momento caería de rodillas producto de un ataque nervioso o cardiaco.


-Bien –asintió y con un movimiento de cabeza me señaló, indicándole a dos de los ángeles caídos más cercanos a él que se acercaran hasta donde yo estaba-. Traédmela –ordenó.


S.M. Afonso

13 de diciembre de 2013

Videos sobre Hush Hush

Hola a tod@s!

Para empezar el fin de semana, les dejo unos videos sobre Hush Hush, frases, trailers hechos por fans y musica. Espero que los disfruten, porque yo lo hice!

Vamos Hushers!

Canciones para escuchar junto a tu libro



Frases de Hush Hush



Fan Made Trailer Hush- Hush La Pelicula




11 de diciembre de 2013

Mas y Mas!



Ya se acercan las vacancioes de invierno, y nuestra tarea es que no te aburras ni un solo minuto!

Espera mas Fanfics, mas noticias, nuevos fan made, y mucho mas!!

Asi que no te dejes de pasar por el blog!

Feliz Navidad!
 

Angel Capitulo V- Fanfic de Hush Hush


Nora POV

Miré todos los cuadros, no eran mejores que los míos. Me habían sugerido varias veces que hiciera mi propia exposición, pero nunca había tomado la idea en serio. Sabía que era buena, así que solo dejaba la opción abierta. Tal vez algún día.

Me encontré con varios conocidos amantes de la pintura, viejos amigos de la familia. Desde la muerte de mis padres todos me miraban de manera condescendiente, como se mira a un perrito en una esquina de la calle. Pero no me importaba. Si, estaba sola, pero tenía a Rixon, a Vee y a mis pinturas. Era toda la compañía que necesitaba.

El tiempo se va volando cuando te dejas absorber por la magia de los colores y el olor rancio del oleo. Cuando mire mi reloj ya pasaban de las cinco. Rixon estaría pronto en casa. Me dispuse a salir del local, no sin antes despedirme de todos los que se hallaban a mi paso. Todos hacían promesas de “te llamaremos” “tienes que venir con nosotros un fin de semana” “te invitare un café, linda”. Pero ambos sabíamos que era solo cortesía, y estaba harta de eso. Necesita algo de realidad en mi vida, algo que me haga sentir viva de verdad.

Camine despacio por la calle. La noche era fresca y la luna brilla hermosa en el cielo. Pase frente a una cafetería y mi estomago grito. Recordé que hacia horas que no comía nada. Pedí un panecillo y un café expreso. El chico que me atendió tenía el pelo negro puesto detrás de las orejas. Me quede viéndolo más tiempo del necesario. Su cabello negro me recordaba a otra persona. Pero no quería pensar en él, era una locura. El chico mal interpreto mi mirada y me guiño un ojo. Me sentí culpable. Le ofrecí una sonrisa y salí de ahí.

Ya era tarde así que camine más a prisa. No estaba de animo para esperar el cambio de luces, me lance entre las olas de autos en la autopista.

Solo una esquina más y estaría en mi calle, cerca de casa. Lo seguro era que Rixon ya estaba allí. Me introduje una vez mas en la ola de autos, la luz recién cambiaba así que camine rápido.

Un auto casi me choco, seguro un idiota que no se fijaba por donde iba. Mire en su dirección con intención de hacerle una seña con mi dedo medio. Pero me quede paralizada. Unos ojos negros me miraban desde dentro del coche. Me estudiaban. Me quede ahí parada como idiota por unos segundos más, no creyendo a mi suerte. Luego los conductores empezaron a hacer ruido con las bocinas y yo me subí a la acera.

Seguí caminando ahora un poco perdida. Alguien me aferro por el codo. En ese instante, sentí como una corriente eléctrica iniciaba en mi codo y se extendía todo mi cuerpo. Una brisa de calor abrazadora que se llevaba todo y me dejaba a la deriva.

Me gire en busca de más. Era él. Su mirada me penetraba. Esos ojos negros lo absorbían todo. Su cabello caía alborotado sobre su frente y su boca era toda intención.
Dijo algo que me costo mas tiempo de lo normal asimilar. Pregunto como me sentía?

Conteste tontamente. Me sentía a la deriva. El aun sujetaba mi codo y lo que producía en mi cuerpo era casi insoportable.  Pregunto algo más y yo aproveche para zafarme de su agarre.

-Por lo menos deja que te invite algo de tomar. – su sonrisa era abrumadora.

 Ahora que  no me sujetaba pude aclarar mis ideas.  Note su fuerte acento ingles y su voz aterciopelada. Todo mi ser pedía que le dijera que si. Que me fuera con él y olvidara todo. Entonces pensé en Rixon. No se merecía esto. Me despedí de el siendo un poco grosera, tenia que dejarle claro que no estaba interesada.

Camine más a prisa por miedo  a que me siguiera. Pero él se quedo parado ahí. Mire de reojo un par de veces y ahí estaba con la mirada perdida.

Llegue al apartamento y subí a todo prisa. Saque mis llaves y abrí la puerta. Me recosté de espaldas aun sujetando el picaporte con la mano.

-Nora?  Pasa algo? – abrí los ojos de repente. – De donde vienes con semejante facha? – los ojos de Rixon me sometían al escrutinio. Buscaba algo en mi rostro, un indicio.

Cerré los ojos y pensé en que le diría. No era buena para mentir.


M. Xoxo