20 de enero de 2014

Angel Cap. VIII- Fanfic de Hush Hush


Nora POV

 “Cena conmigo mañana en la noche.”

Esa frase se repetía una y otra vez en mi cabeza, no me dejaba en paz.

No había dormido en toda la noche. El aroma de Jev se me había metido por las narices y se estaciono ahí. Olia tan delioso, una mezcla de menta y colonia. Sentir sus fuertes musculos bajo mis manos, acariciar su negro cabello, había sido demasiado para mi.

Estaba loca por el. Pero era un error, todo esto lo era! Me había citado para esta noche, lo había pensado muchas veces y aun no tomaba una decisión al respecto. Teina la esperanza de que Rixon llamara y me citara para una de sus cenas y asi tener una excusa para no ir. Pero ya eran mas de las cuatro y esa llamada no llegaba.

Ansiosa, camine por todo el departamento. Ordene mi ropa por color y zapatos por diseñador. Organice la habitación de dibujo, lave los pinceles, separe los lienzos limpios de los usados y coloqué las pinturas de oleo sobre el estante.

Es mucho lo que puedes hacer cuando intentas no pensar. Por ultimo había decidido ir a la cocina a preparar galletas. Hacia diez minutos que había puesto la masa en el molde y metido al horno.

Me quede mirando el reloj que ya marcaba mas de las cinco y decidi que era hora de darme un baño. Me di una ducha caliente y me puse unos jeans azules desgastados y una camisa sin mangas blanca. Me hice una cola de caballo dejando algunos mechones sueltos, tome unos mocasines de los que había ordenado horas antes y fui a sacar las galletas del horno, quedaron perfectas. Las vacie en un frasco y las deje sobre la encimera. Mire el reloj de la cocina y eran las seis treinta.

No podía mas con la ansiedad que me producía todo esta situación. Me había cambiado y peinado, y hasta había hecho galletas. Todo mi cuerpo me pedía a gritos que fuera con el, pero la parte racional de mi cabeza me decía que no debía hacerlo. Mantenerme alejada de el seria lo mas sensato, pero no estaba segura de poder hacerlo.

No supe lo que haría hasta que me vi parada frente a su puerta, con un frasco de galletas en las manos. Pasaban unos minutos de las siete, pero la verdad es que había entrado y salido de mi apartamento unas cinco veces y vuelto a entrar. Pero ya estaba aquí, no había nada que hacer. Que con manos temblorosas toque el timbre.

Un minuto después la puerta se abrió y un dios de la perfección se poso al otro lado. Empezando por su cabeza, Jev llevaba el cabello mojado y le caía sobre la frente en cortos risos. Tenia puesta una camiseta blanca que enmarcaba cada uno de sus músculos y unos jeans negros. Para concluir con sus pies descalzos.

Toda esta inspección me tomo unos minutos, hasta pude recobrar la compostura y encontrar mi voz.

-Hola. Traje galletas.- una sonrisa tímida curso mis labios. Que estaba haciendo!

-Hola. Me alegra mucho que hayas venido. Pasa por favor. –se retiro un poco para que pudiera pasar y luego cerro la puerta detrás de mi.- dame las galletas, ponte cómoda.- me quito el frasco de las manos y me indico que pasara a la sala.

Camine despacio observando el lugar. La cocina estaba cerca de la puerta, todos los electrodomésticos eran de color plateado y la encimera de granito negro.

Los muebles eran blancos y negros también, dos al fondo cerca de la ventana y uno muy grande frente a un televisor de plasma. Algunos estantes con libros y floreros vacios. Unos pocos cuadros adornaban la pared.

Me senté en el gran sofá y Jev ya estaba a mi lado.

-Acogedor. –dije aun mirando alrededor. Todo aquí gritaba masculinidad.

-Gracias. Digamos que el negro es mi color favorito.

-Lo he notado. – los dos reímos.

-La cena debe estar por llegar. La ordene para las siete treinta. No sabía que te gustaba así que ordene pasta.

-Si, la pasta estará bien.

Estiro la mano y la poso el dedo pulgar en mis labios, quitando el labial. Luego froto el gloss entre los dedos.

-Que es esto? No lo uses, tus labios lucen mejor al natural.

Su tacto envió chispas eléctricas por todo mi cuerpo. Si me tocaba otra vez…

-Jev… yo no… no debí venir…yo…

-Cálmate Nora. Solo es una cena. Que malo podría pasar?

Mucho! Estábamos solos en su apartamento sintiendo cosas que no debíamos sentir. Pero luego pensé que el tenia razón, era solo una cena. Una invitación de un socio de la empresa, nada mas. Con ese pensamiento trate de calmarme.

Alguien llamo a la puerta y Jev fue a atender, la cena había llegado. Cuando estuvo todo listo me llamo desde la cocina.

Un pequeño comedor de dos sillas, dos platos y dos copas de vino. Demasiado intimo para ser una cena formal.

Jev me indico donde sentarme y retiro la silla para mi.

-Espero te guste lo que he pedido. – quito la tapa de mi plato. Pasta y camarones con salsa blanca.

-Me gusta. Se ve muy rico.

-Bien. Y… cuéntame algo sobre ti. Que te gusta hacer.-dijo mientras caminaba a su lugar.

-Pintar. Es algo así como mi pasatiempo.

-Y lo haces bien?

-Si, creo que si. Me han ofrecido hacer una exposición con mis cuadros, pero no estoy segura acerca de eso.

-Hmmm que pena. Seria bueno verlos.

-Mmm –había tomado un bocado de pasta y masticaba despacio.

-A mi me gusta andar en moto. La velocidad es mi mejor amiga.

-Motos? Nunca me he subido a una. Mis padres decían que era demasiado peligroso.

-No con el conductor correcto.

Hablamos de su Londres y de mi Florida, donde estaba la casa de mis padres. La cena resulto de lo más agradable.  Luego tomamos las copas de vino y fuimos hasta la sala. El celular de Jev sonó y fue a atender.

Divagué por la sala y termine en el balcón que deba al lado opuesto de mi departamento. Di un sorbo de vino tratando de relajarme. Todo en Jev era perfecto. Era difícil estar a su lado y no sentir deseos de tocarlo, y perderte en el negro de su cabello.

-Te gusto la cuidad? Has encontrado algo interesante?- le pregunte a Jev que se había parado a mi lado sosteniendo su copa.

Me miro por unos segundos antes de contestar.

-Si. He encontrado algo de lo más interesante. –un amague de sonrisa cruzo por sus labios.

Sentía el calor subiendo a mis mejillas. Tenerlo ahí tan cerca no era no bueno para mi. Estaba usando todo mi autocontrol para mantenerme alejada de el y me sentía agotada.

-Te encuentras bien?

Sentí la mano de Jev en mi espalda baja. Instintivamente me gire hacia el para alejarlo. Pero cuando mi mano toco su pecho ya no quise retirarla. Me atrajo hacia si con una sola mano y la otra la poso a un lado de mi cara.

-Jev… por favor…

No se que era exactamente lo que le suplicaba; que me besara de una vez o que me soltara. Estaba completamente aturdida.

-Por favor que?- un beso. –quieres que pare?- otro beso. Su voz sonaba ronca, se estaba conteniendo.

-Jev…-sentía su aliento en mi cara. Estaba muy cerca, muy cerca. No podía pensar con claridad.

-Si?

-Bésame.

Cuando nuestros labios se encontraron algo exploto en mi interior. Algo que no recuerdo haber sentido antes, nunca antes de Rixon y nunca con el.

Todo en mi vida había sido demasiado tranquilo, demasiado apacible y seguro. Jev era todo lo contrario. Era fuego abrazador. Una peligrosa tormenta que prometía arrastrarlo todo a su paso, y dejarme a la deriva.

Jev me cargo y yo enrede mis piernas alrededor de su cuerpo. Sostuvo mi peso sin problemas. Enrede una mano en su cabello y con la otra de aferraba a su cuello.

Podía sentir sus manos pasearse por mis piernas y mi trasero. Me besaba con frenética locura. Aparte mi cabeza jadeante en busca de aire. Sus ojos estaban dilatados por la excitación y su cabello estaba todo revuelto por mis manos. Verlo así era demasiado, primitivo y apasionado.

Jev camino en dirección al gran sofá negro y se dejo caer llevándome consigo. Quede sentada encima de el. Me atrajo hacia si y siguió besándome.

Desabrocho y me camisa y la dejo caer al suelo. Yo hice lo mismo con su camiseta. Acaricie su atlético pecho con vehemencia. Sin desabrocharme el sostén comenzó a jugar con mis pezones, eso me hizo gemir de manera audible.

Abrí los ojos con pesar. Los tenía apretados con fuerza, cada célula de mi cuerpo estaba tensa. Entonces vi la pantalla de mi celular encendida, lo había dejado en la mesita, junto al teléfono.

Rixon! Salte del sofá sin aviso dejando a Jev desorientado. Me siguió con la mirada sin saber que pasaba. Tome mi celular, tenia varias llamadas perdidas, todas de Rixon. Maldije por lo bajo, tenia la voz muy ronca. Carraspee varias veces para aclararla.

Jev estaba a mi lado con el pantalón desabrochado.

-Pasa algo?

-Es Rixon.- dije con pesar.- me das un minuto?

-Claro.

Con eso se alejo y fue a recoger mi camisa y zapatos. Tuve que poner toda mi fuerza de voluntad para apartar la mirada de su espalda y concentrarme en la llamada que tenia que hacer.

-Hola Rixon.

-Nora? Donde estas? Estas bien?

-Si yo…

-Te he llamado varias veces y no has contestado, esta todo en orden?

-Si, no te preocupes. Tenía el celular en el bolso y no lo he escuchado.

-Bien. Donde te encuentras?

-Me he entretenido hablando con unas amigas, no me había fijado en la hora. Estoy cerca llegare pronto.

-De acuerdo. Estoy a unas calles, estaré en casa en unos quince minutos.

-Te veo en casa entonces.- colgué.

Que falsa me había sonado esa palabra “casa”. Ya no sentía que mi casa estuviera junto a Rixon. No sentía que le perteneciera mas a el.

Me quede un momento parada donde estaba. Aun me temblaban las rodillas. Con una mano me di masajes en las sienes tratando de calmar euforia que había sentido antes.

-Aquí tienes.- Jev me extendía mi camisa. Se había parado manteniendo las distancias. Podía ver que se sentía inseguro acerca de mi reacción.

-Gracias… debo irme ahora.

-Lo se.

Tomé la camisa y me la abroche despacio. Vi mi cabello en el reflejo del televisor, no estaba tan mal.

Respire profundo.

-Escucha Jev…

-No vayas a decirme que esto no debió pasar, porque no te creeré.- tenia razón, ni yo me lo creería.

-Bueno…es solo que yo y Rixon es…

-Debes irte Nora. – sentencio antes de dejarme terminar. Y creo que era lo mejor, no tenía la cabeza clara.

-De acuerdo.

Camine hasta la puerta con Jev siguiéndome de cerca. Cuando llegamos a la puerta tomo mi mano.

-Veámonos mañana. Que tal una vuelta por la cuidad? La conoces más que yo, podrías enseñarme algunos lugares. Estaré en Nueva York por un buen tiempo.

Guardo silencio esperando mi respuesta, al ver que no contestaba prosiguió.

-Te espero en el parque de la calle 21 a las cinco. Llevare la moto.

Aun sin contestarle me solté de su agarre y salí por la puerta. Podía sentir sus ojos en mi espalda hasta que tome el ascensor.
M. Xoxo

1 comentario:

  1. me encanto porfavor siguelo rapido estoy ansiosa :P <3 <3 <3

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