Nora POV
Me di una ducha fría y me vestí. Ya no podía tener puesto ese camisón un segundo mas y estar quieta. Me recordaba su mirada, la mirada de un completo extraño.
Cuando salí de mi habitación, Susan se había marchado. Dejo el desayuno tapado en la mesa, pero yo seguía sin apetito.
Camine hasta el cuarto donde estaban mis cuadros. Pintar era mi única pasión. No lo hacia de forma profesional, a pesar de que sabia que era buena. Solo era algo que me llenaba y lo conservaba para mi. Rixon nunca entraba aquí, no era fan de mi atracción hacia la pintura. Así que este cuarto era solo para mi y mis ideas.
Desde la muerte de mis padres hacia ya cinco años, no había vuelto a pintar nada. Cada vez que empezaba con algún nuevo lienzo, terminaba en la pila sin finalizar. Pero hoy me sentía inspirada.
Tome un nuevo lienzo. El intenso blanco me invitaba a dibujar, así que tome el juego de lápiz de carbón y empece con el trazado. Al principio solo eran lineas; una por aquí, otra por allá. Hasta que empezó a cobrar vida propia. Entré en uno de esos éxtasis propios de los artistas a la hora de hacer su trabajo. No pensaba, solo dejaba que el lápiz se moviera sobre el lienzo trazando lineas cada vez mas definidas.
No se cuanto tiempo paso, pero el sonido del teléfono me saco del ensimismamiento. No podía creer lo que veían mis ojos. Era el! en el lienzo. Lo había pintado mirando por una ventana. Sus facciones perfectas y sus ojos negros como la noche me miraban. Justo a mi.
El teléfono volvió a sonar. Deje el cuadro sobre la butaca y fui a contestar.
- Hola.
- Hola cariño, como estas hoy?- era Vee, mi amiga y cómplice.
- Bien y tu?
- Estoy hambrienta. Recuerdas nuestra comida de hoy verdad? - No.
- Si... claro.
- Bien. Paso por ti en media hora.- colgó.
Me quede para con el teléfono en la mano, mirando hacia el cuadro que había dibujado. Ahora yacía en la butaca y él me miraba a través de la ventana. Llame a Rixon. Tenia la costumbre de llamarme de improviso para comidas improvisadas con sus accionistas.
- Grey Texiles en que puedo ayudarle?- Era Marcie Miller, la secretaria de Rixon. No me caía bien. En parte porque usaba las faldas muy cortas para mi gusto, y en parte porque me hablaba de una forma extraña. Al parecer, el sentimiento era mutuo.
- Soy Nora. Me pasas a Rixon?
- No. Lo siento, esta en una junta con un nuevo socio.
- Va a tardar?
- Parece que si. Han pedido todos los estados de cuenta desde hace 5 años.
-Bien. Dile que llame.- colgué.
20 minutos después llego Vee y fuimos a comer.
- Me dices en que piensas?
- Perdón?- me agarro desprevenida.
-En que piensas? desde que llegamos estas muy callada, como perdida en tus pensamientos. Paso algo con Rixon?- A Vee no le caía bien Rixon, decía que el había estado conmigo solo por estar cerca de mi padre, y que ahora lo hacia para poder controlar mi empresa. Tal vez era cierto, Rixon no era exactamente el mejor amigo o el mejor amante. Pero me agradaba tener a alguien que se hiciera cargo de la empresa y que me acompañara. Aunque últimamente él no lo hacia. Me despertaba sola casi todas las mañanas. Pasaba el día con Vee o paseando por la ciudad, y Rixon solo llamaba para cenar cuando era con algún accionista y necesita de mi presencia. De lo contrario también lo hacia sola.
-No. Disculpa, no pasa nada. Solo pensaba en una pintura que he iniciado, ya sabes como es.- Mentir no se me daba bien, pero lo dejo pasar.
Comimos casi en completo silencio. Solo vee hacia algunos comentarios sobre lo guapos que eran los mosos. Terminamos de comer, pero no tenia deseos de volver a casa.
- A donde vas ahora?- pregunte a Vee haciendo un puchero, una vez estuvimos a fuera del restaurante.
- Lo siento cariño, pero me necesitan en la tienda.- Vee era propietaria una tienda de modas, el lugar era pequeño, pero podías encontrar de todo.
No estaría conmigo hoy. Recordé que me habían invitado a una exposición de pintura que iniciaba a las 3. Le pedí a Vee que me dejara allá. No tenia deseos de ir a casa, quería dejar de pensar en él y en su mirada penetrante. Aunque sabia que solo me engañaba, la verdad era que me atraía grandemente, deseaba verlo otra vez.
El teléfono volvió a sonar. Deje el cuadro sobre la butaca y fui a contestar.
- Hola.
- Hola cariño, como estas hoy?- era Vee, mi amiga y cómplice.
- Bien y tu?
- Estoy hambrienta. Recuerdas nuestra comida de hoy verdad? - No.
- Si... claro.
- Bien. Paso por ti en media hora.- colgó.
Me quede para con el teléfono en la mano, mirando hacia el cuadro que había dibujado. Ahora yacía en la butaca y él me miraba a través de la ventana. Llame a Rixon. Tenia la costumbre de llamarme de improviso para comidas improvisadas con sus accionistas.
- Grey Texiles en que puedo ayudarle?- Era Marcie Miller, la secretaria de Rixon. No me caía bien. En parte porque usaba las faldas muy cortas para mi gusto, y en parte porque me hablaba de una forma extraña. Al parecer, el sentimiento era mutuo.
- Soy Nora. Me pasas a Rixon?
- No. Lo siento, esta en una junta con un nuevo socio.
- Va a tardar?
- Parece que si. Han pedido todos los estados de cuenta desde hace 5 años.
-Bien. Dile que llame.- colgué.
20 minutos después llego Vee y fuimos a comer.
- Me dices en que piensas?
- Perdón?- me agarro desprevenida.
-En que piensas? desde que llegamos estas muy callada, como perdida en tus pensamientos. Paso algo con Rixon?- A Vee no le caía bien Rixon, decía que el había estado conmigo solo por estar cerca de mi padre, y que ahora lo hacia para poder controlar mi empresa. Tal vez era cierto, Rixon no era exactamente el mejor amigo o el mejor amante. Pero me agradaba tener a alguien que se hiciera cargo de la empresa y que me acompañara. Aunque últimamente él no lo hacia. Me despertaba sola casi todas las mañanas. Pasaba el día con Vee o paseando por la ciudad, y Rixon solo llamaba para cenar cuando era con algún accionista y necesita de mi presencia. De lo contrario también lo hacia sola.
-No. Disculpa, no pasa nada. Solo pensaba en una pintura que he iniciado, ya sabes como es.- Mentir no se me daba bien, pero lo dejo pasar.
Comimos casi en completo silencio. Solo vee hacia algunos comentarios sobre lo guapos que eran los mosos. Terminamos de comer, pero no tenia deseos de volver a casa.
- A donde vas ahora?- pregunte a Vee haciendo un puchero, una vez estuvimos a fuera del restaurante.
- Lo siento cariño, pero me necesitan en la tienda.- Vee era propietaria una tienda de modas, el lugar era pequeño, pero podías encontrar de todo.
No estaría conmigo hoy. Recordé que me habían invitado a una exposición de pintura que iniciaba a las 3. Le pedí a Vee que me dejara allá. No tenia deseos de ir a casa, quería dejar de pensar en él y en su mirada penetrante. Aunque sabia que solo me engañaba, la verdad era que me atraía grandemente, deseaba verlo otra vez.
M. Xoxo
No hay comentarios:
Publicar un comentario