13 de noviembre de 2013

La Primera Vez de Patch y Nora (Fanfic Erótico)

Capitulo 1


Comprobé una vez más la dirección y miré rápidamente la hora en mi teléfono móvil. Las 20:54. Había llegado puntual. La "cita" estaba marcada para las 21:00. Había aceptado tan solo aquella reunión con Patch porque aún me debía muchas explicaciones, y de momento no estaba dispuesta a pasarlas por alto. Lo que me sorprendió fue el lugar escogido. Una edificación aislada, en las afueras. A las claras reflejaba que un trabajador medio jamás podría permitirse un capricho como lo que tenía ante mis ojos.

 Su exterior era enorme e imponente, una mezcla ligera con madera y vidrio, dando la sensación de una contemporánea fortaleza. Amplias terrazas que presagiaban que eran aptas para la mayor relajación. En realidad, el lugar dentro de lo hermoso de su fachada parecía vacío, desierto. No se veía ni un alma. Respiré hondo y conté hasta diez. Con seguridad golpeé con los nudillos la puerta principal. 

No hubo respuesta. Toqué de nuevo. Más silencio. Impaciente giré el pomo. Me llevé un sobresalto cuando la puerta cedió y se abrió fácilmente. Con inquietud traspasé el umbral, tan tensa como si me esperara al otro lado de la pared una declaración jurada para un caso peliagudo que mantiene en jaque a un departamento entero de policía. Dejé caer mi mochila al suelo, para quitarme la chaqueta. El calor era palpable, pero no sofocante. Por el contrario, cálido y acogedor.

Mientras curioseaba examiné el lugar. Una lujosa casa que gritaba confort, comodidad y por supuesto, privacidad. Estilo contemporáneo, sin duda. Ofrecía un aspecto elegante, con sensación de espacio. Espacios abiertos, llenos de luz y despejados.

-Has venido, ángel. Sabía que lo harías.

Di un respingó y di media vuelta con el corazón latiéndome acelerado. No debería sorprenderme a estas alturas verlo aparecer y desaparecer de la nada. Como si fuera humo. Etéreo. Simplemente, unos segundos antes no está y en cuestión de un respiro lo tienes a tu lado sin saber exactamente como lo hacía. Trajo consigo también, con su presencia su aroma. Llenando la habitación de un agradable olor a menta y tierra oscura. Fértil. Húmeda. Vestía con camisa negra, pantalones holgados del mismo color y por supuesto, su más que habitual gorra de beisbol. Su sonrisa era delirantemente atractiva mientras mantenía la distancia.

-Aquí estoy. Te dije que vendría –alce la barbilla en un gesto claro de orgullo.

Mis ojos quedaban a la altura de sus hombros. Me obligué a mantenerme erguida para mantenerle la mirada. Entrecerró los ojos.

-Eres curiosa, Nora. Siempre buscas respuestas, podría decirse que es una virtud, pero en ocasiones -su boca se curvó en una sonrisa maliciosa– como ésta, resulta el cebo perfecto, el incentivo para traerte a un terreno. Mi terreno.

Resoplé tal altanería.

-Mira, no tengo toda la noche… . Cortó mi frase.

Me miró y alzo una ceja proclamando claramente perplejidad imitada.

-¿En serio? No lo creo.

Irritada por su actitud le espeté. -No crees, ¿qué cosa?

-Que tengas prisa.

-¡Y tú que sabrás! –le recriminé.

Sus ojos como el cielo nocturno me atravesaron. Supe que esta noche seria larga. Los rasgos de su rostro parecían controlar una risa. Tuve la sensación de que se tronchaba por dentro.

Se acercó con total serenidad.

-Bueno, "larga" en teoría. Pero créeme, se me hará muy corta –inclinó el rostro ensombrecido y entornó los ojos–. Te puedo asegurar que a ti te sucederá lo mismo. – Se echó a reír.

Me alejé unos pasos e interpuse de nuevo la distancia anterior. Cruce los brazos sobre el pecho, con talante recriminatorio, como cuando un árbitro amonesta a un jugador que ha hecho una falta grave.

-Me gustaría saber el por qué de tanto convencimiento. Pero podemos jugar a los refranes en otro momento, ¿no crees?

- Si, tienes razón. Mejor dejamos ese juego para otro día y pasamos a uno mucho más divertido –se burló.

Ignorando su indirecta, enfaticé con exasperación.

-No podemos pasarnos aquí horas viendo quién gana la batallita de palabras, Patch. Hace días que apenas sé algo de ti y realmente te has encargado bastante bien de que sea así. Entonces, no entiendo el por qué de esta cita. Y aquí.Con un breve movimiento de cabeza recorrí la habitación, en forma de pregunta.

-¿Una buena partida de billar o de póquer? Una mano de suerte.

La jugada adecuada y este lugar… Digamos, que entraba dentro de la partida. Se frotó la mandíbula.

-¿Qué tal si jugamos al billar? –señaló hacia unas puertas correderas. Arrugué la frente desconcertada.

-¿Me has hecho venir hasta este lugar para jugar al billar?

- No exactamente –rió socarrón y se le formó un hoyuelo–. Pero hagamos un trato, juguemos una partida. Si ganas, te daré todas las respuestas que quieras, pero si gano yo… entonces, exigiré mi premio.

-¿Premio? –parpadeé varias veces perpleja-. ¿Qué tipo de premio?

-Puedo adelantarte que no será tan malo para ti pagar tu deuda si pierdes. Te gustará.

Patch, parecía esforzarse por no romper a reír. Estaba claro que gozaba mortificándome. ¿Qué me podía pedir? ¿Qué me alejará durante algún tiempo de las imprudentes ideas de Vee? ¿Qué me portara bien y no desobedeciera sus ordenes? Suspiré.

Ahí estaba yo, de cabeza como una chalada a aceptar su proposición. Pero yo pondría las reglas. Y para comenzar mejor apostar en un juego que a priori lo rige el azar. "¿Verdad?”

-De acuerdo. Pero no apostaremos con una partida de billar.
¿Realmente crees que tendría alguna posibilidad? – Achiqué los ojos desafiándolo a que lo negara. Esta vez no se molestó en contener la risa.

-Está bien. ¿En qué crees que puedes ganarme, ángel? –preguntó con humor.

-¿Qué tal una partida de póquer?Si, efectivamente tenía que ser masoquista. Directa a la cueva del lobo.

Se aproximó. Era como una tormenta. Eclipsando el paisaje, el brillo de un día soleado. Me estudió observando mi reacción.


-Acompáñame –tomó mi mano entre sus dedos.

Fanfic escrito por S.M. Afonso

1 comentario:

  1. Amo esta saga, es por mucho la más romántica, muy bien este primer capitulo, se lee interesante.

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