Nora
POV
Me senté sobre la cama, estaba sola. Rixon se había ido. Últimamente
se iba mas temprano a la oficina que de costumbre. Cuando le pregunte por que? Solo
dijo que el trabajo había aumentado estos días.
Me puse el camisón y salí de la cama. Ahora vivíamos en un
apartamento, en el penhouse. La casa en la que vivía con mis padres me
resultaba grande ahora que no estaban, y como me había comprometido con Rixon,
acordamos mudarnos juntos, así el me haría “compañía”.
-Buenos días señorita Grey.
Me saludo Susan, la señora que hacia la limpieza. Casi nunca
la veía. Su trabajo consistía en limpiar la casa cada mañana y preparar el desayuno.
-Buenos días Susan. A que hora se fue Rixon?
-Salió muy temprano, señorita. Solo tomo un café.
Bien. Yo solía trabajar en la empresa. Había hecho mi
licenciatura en administración de empresas. Pero me gustaba la publicidad. Las mejores
campañas las había dirigido yo. Mi padre solía decir que yo era un genio. Luego
de su muerte, decidí tomarme unas vacaciones y dejar a Rixon a cargo de todo lo
referente a la empresa. El fue la mano derecha de mi padre.
Mire hacia mi desayuno servido en la mesa, pero no tenia
apetito. Camine hacia el ventanal que estaba en la sala. Recogí las cortinas y abrí
unas de las ventanas que daba al pequeño balcón. Me quede ahí y cerré los ojos,
dejando que el sol de la mañana tocara mi cuerpo. Se sentía bien. Era una de
las cosas que disfrutaba de Nueva York. Aunque por la víspera del otoño soplaba
un aire fresco.
Abrí los ojos lentamente, deseando poder quedarme ahí todo
el día. Entonces me fije en el hombre que me observaba al otro lado de la
calle. Desde el penhouse del edificio de enfrente. Llevaba puesto un traje
negro hecho a la medida y una corbata azul, la cual trataba de anudar mientras
me miraba. Su cabello caía húmedo sobre sus ojos negros como la noche, que me
miraban con admiración.
Me miraba en todas direcciones, y su mirada decía muchas
cosas. Sentí mis mejillas calentarse, ya no por el sol, si no por el efecto que
producía su mirada en mi. Hasta que recordé que solo traía puesta mi bata y mi camisón
estaba abierto. Entre y cerré las cortinas.
Mi corazón latía rápido. Quien era ese hombre? No es la
primera vez que salía a ese balcón a estas horas, y estaba segura de que ese
apartamento estaba vacio, era nuestra segunda opción al momento de mudarnos.
Todo mi cuerpo estaba caliente, ya no sabia si por el sol. Mire
otra vez por entre las cortinas y el seguía parado ahí. Miró hacia mis cortinas
por unos segundos mas y luego se fue.
-Esta todo bien señorita? –Pregunto Susan al ver mi expresión.
-Si… todo… todo bien. No voy a desayunar. –y me fui a mi
cuarto.
M. Xoxo
ese seguro era Patch... no??
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